lunes, 5 de diciembre de 2016

Esculturas de arena

La diversión infantil de hacer castillos de arena se ha convertido en una profesión para algunos adultos, que con técnica, esmero y toneladas de arena logran impactantes construcciones que ayudan a mejorar la imagen de las ciudades.
Además de grandes cantidades de arena limpia y sin piedras, que hay que amontonar previamente, hace falta bastante agua salada porque la sal actúa como pegamento, cristaliza y endurece la arena, y herramientas como brochas o cortadores.
La presencia de los artistas en las costas resalta la "belleza" de las playas, y además "entretiene" a los visitantes, con lo que mejora la imagen de la ciudad, ha afirmado a Efe el técnico de Playas del Ayuntamiento de Marbella Francisco Bigas.
Muchos artistas han encontrado en la elaboración de figuras de arena su modo de vida, como Tomas Hamacek, un ingeniero en Zoología checoslovaco que lleva seis años construyendo esculturas en la playa.
Una figura de gran tamaño, como el castillo que expone estos días en Marbella, necesita diez toneladas de arena, mide tres metros de alto, y "se prepara en tres semanas", ha explicado a Efe.
Para levantar un metro de escultura hay que poner "como mínimo 50 u 80 centímetros fuera" a modo de cimiento, y una escultura de 10 metros de altura requiere una base de 200 toneladas de arena.
El montón de arena se moja bien para que ésta endurezca, y en el caso de una figura grande se necesitan el primer día "unos diez mil litros de agua", tras lo que se corta la arena de arriba abajo según la imagen que se quiera representar.
Según Hamacek, la media para concluir una obra se halla en dos semanas, sin tener en cuenta la preparación del montón, que tarda en hacerse seis días.


Para mantenerla en pie, hay que humedecerla a diario con tres mil litros de agua salada, cada hora por el día y cada dos por la noche, esparcida gracias a un pulverizador, ya que si la escultura se seca pueden desprenderse elementos de la obra.
"Si lo dejamos sin mojar (el castillo), en una semana tenemos aquí un montón", ha referido el artista.
Tener figuras de arena expuestas es un "trabajo duro", pues se hace a pleno sol y se puede llegar a trabajar dieciséis horas si no hay viento, sin días libres ni festivos.
Como cualquier obra de arte, es necesario cuidarla, una tarea en la que le ayudan dos personas, ya que hay que mojar las esculturas, sacar el agua del mar en cubos y vigilarlas porque este año le han destruido el castillo nueve veces.
Hamacek ha afirmado que nunca repite y tiene exhibidas tres obras para alternar la construcción sin que el público deje de disfrutar de su arte, y ha confesado que no le da pena derruirlas, ya que tiene un catálogo de fotos con 140 obras distintas.
El creador, que defiende la propiedad de autor, ha lamentado que de las diez mil personas que pasan al día, la mitad no echa nada, y ha asegurado que muchas de ellas llevan "cámaras que valen más de mil euros", pero no saben decir gracias ni pedir por favor para tomar imágenes.
Según el artista, se puede vivir de ello, pero cada día es "distinto", pues puede ganar "quince, cien o cincuenta" euros, y es en verano cuando puede pagar "más tranquilito" a sus ayudantes.
Otro artista es el alemán Christian Dierl, quien trabaja cuatro horas diarias en los momentos en que menos irradia el sol, y pasa 20 horas al día en la playa para cuidar él solo su castillo, ya que contar con un ayudante le supone ganar diez euros menos la noche.
Lleva tres años modelando arena, una labor que aprendió en Roquetas de Mar (Almería) ayudando a un amigo mientras cobraba 120 euros y buscaba chatarra, aunque también ha cuidado figuras por la noche cobrando 15 euros.
La representación en arena es un arte efímero, unas figuras permanecen expuestas un día, cinco, dos semanas, o un mes y medio, todo depende de la magnitud de la obra, según Dierl.





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